NO!
Sonaron de nuevo las trompetas, las que nunca callaron quizá, las que en el resueno con olor a llanto, mojado con babas de muerte se ceban en el menos pudiente y en los mismos, que golpe a golpe, muerte a muerte.....mueren.
Siglos de historia mandaron los "grandes señores" y con la misma suerte, orden tras orden, ambición tras ambición. Corazones bélicos que no carecen del poder de mover al odio, del adentro despiadado y del uso indiscriminado del poder cegado por el mas poder.
No importa quien muera de hambre, no importa la enfermedad, no importan las rosas rojas de tu pecho, ni las lagrimas negras de mis ojos, ni los gritos, ni el dolor, ni importas tu ni importo yo. Importan ellos y el tanto tengo, y el negocio y el aquí mando yo. Pero sus hijos no bajaran al infierno, ellos no conocerán el llanto, ni el disparo... ni el espanto, serán los tuyos y serán los míos, nosotros lloraremos tanto dolor sin poder limpiar las lagrimas negras de sus ojos, ni curar las rosas rojas de su pecho.
Nunca la muerte, nunca la guerra fue remedio a otra tiranía o invasión, nunca sus ambiciones, ni sus mentiras, ni sus negocios serán justificante a una sola pena, a una sola lagrima y yo desde aquí digo NO.
Magia
Sonaron de nuevo las trompetas, las que nunca callaron quizá, las que en el resueno con olor a llanto, mojado con babas de muerte se ceban en el menos pudiente y en los mismos, que golpe a golpe, muerte a muerte.....mueren.
Siglos de historia mandaron los "grandes señores" y con la misma suerte, orden tras orden, ambición tras ambición. Corazones bélicos que no carecen del poder de mover al odio, del adentro despiadado y del uso indiscriminado del poder cegado por el mas poder.
No importa quien muera de hambre, no importa la enfermedad, no importan las rosas rojas de tu pecho, ni las lagrimas negras de mis ojos, ni los gritos, ni el dolor, ni importas tu ni importo yo. Importan ellos y el tanto tengo, y el negocio y el aquí mando yo. Pero sus hijos no bajaran al infierno, ellos no conocerán el llanto, ni el disparo... ni el espanto, serán los tuyos y serán los míos, nosotros lloraremos tanto dolor sin poder limpiar las lagrimas negras de sus ojos, ni curar las rosas rojas de su pecho.
Nunca la muerte, nunca la guerra fue remedio a otra tiranía o invasión, nunca sus ambiciones, ni sus mentiras, ni sus negocios serán justificante a una sola pena, a una sola lagrima y yo desde aquí digo NO.
Magia
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